Voigtlander Bessa 6.3 (1930)
 

Esta Voigtlander Bessa 6.3 era de mi bisabuelo. Apareció en casa de una tía abuela, encima de una mesita como elemento decorativo. Sabedora de mi afición por las cámaras mi tía no dudó en regalármela. Aparentemente y como elemento decorativo estaba bien. Una vez inspeccionada su estado real me hizo pensar si realmente merecía la pena recuperarla. Le faltaban bastantes piezas e incluso tenía otras que no eran originales. ¿Y si buscásemos una “donante” ? - pensé...

Ebay puede ser un buen lugar donde buscar este tipo de cámaras. No son muy valoradas y los precios son bastante asequibles. Después de un par de días apareció una cámara igual pero según su anunciante se vendía “as is” es decir, como estaba y sin ninguna garantía. De un simple vistazo se podía comprobar que por lo menos tenía casi todas las piezas que me hacían falta así que pujé por ella y al final me la llevé por la friolera de 45 euros, transporte incluido. Resultó ser una donante perfecta y permitió devolver a la vida la vieja Bessa del bisabuelo. Es una cámara equipada con un objetivo Voigtar Anastigmat 1:6,3 con una distancia focal de 10,5 cm. Da unos negativos de 6x9 y permite exponer 9 fotogramas en un carrete de 120. Podemos ver en el video cómo se carga la película en la cámara.

Pasearse por Madrid con esta cámara implica, con toda seguridad, que casi todas las miradas se van a dirigir hacia ti. Por lo tanto no parece una cámara muy apropiada para pasar desapercibido. Además, las fotografías de acción no son ni mucho menos su punto fuerte. Por lo que entramos de lleno en ese tipo de fotografía en el que hay que pensar mucho lo que se hace. Hay que saber ponderar no sólo la luz, también el encuadre, y tomarse con calma todo el proceso. Si se utiliza un cable disparador, mejor que mejor.

Algunas fotografías tomadas con la Voigtlander Bessa 6,5
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