Leica M8 (2006)
Una cámara con pedigrí
La Leica M8 es una cámara con pedigrí. Cuando salió al mercado a finales de 2006 era el último modelo de una saga de cámaras que comenzó en 1954 con la Leica M3. La M3 supuso un verdadero salto de gigante en relación con las Leica e rosca, cámaras con las que Leica introdujo la fotografía en 35mm y puso en marcha un nuevo concepto desconocido hasta entonces: había nacido un completo sistema fotográfico. Un sistema que permitía utilizar diferentes cuerpos, diferentes lentes y diferentes accesorios compatibles entre sí, en función de las necesidades del fotógrafo. La M3 fue seguida en 1958 por la M2. Este modelo apareció como un modelo algo más económico que la M3 pero su rediseñado visor y telémetro que permitía el uso de lentes de longitud focal de 35 mm sin ningún accesorio, supuso un verdadero cambio tecnológico. Aunque también tenía algún pequeño cambio estético la M2 era idéntica en tamaño, forma y peso a la M3.
Fiel heredera
El hecho de poder usar un objetivo de 35 mm sin necesidad de acoplar ningún accesorio, hizo que la M2 fuese la cámara preferida de los reporteros y documentalistas gráficos en aquellos años. Como resultado, la Leica M2 se convirtió en la base del desarrollo de todo el sistema M, incluyendo todos los modelos subsiguientes, M4, M4-2, M4P, M6, M7 y MP. Las Leica M se convirtieron en un icono. Son herramientas perfectas, fáciles de agarrar, muy precisas en el enfoque, muy robustas y con una variedad de lentes que ha sido permanentemente actualizada y mejorada.
Sin embargo no todos los modelos de Leica M han sido un éxito. La M5 supuso un duro varapalo para la firma ya que su diseño no convenció a nadie sobre todo por su mayor tamaño. Es por ello que cuando Leica comenzó el desarrollo de su primer modelo M digital, intentó por todos los medios mantener las dimensiones originales de sus exitosos cuerpos y así evitar otro fracaso como ocurriera con la M5.
Compatible con casi todo el sistema M de película.
Aunque a simple vista puede no parecerlo, el cuerpo de la M8 es 3mm más ancho que el de su predecesora la M7. Teniendo en cuenta que el cuerpo tiene que albergar la batería, las tarjeta de memoria, la electrónica y la pantalla, el esfuerzo de integración ha sido muy grande y que se ha logrado incluir todo en un cuerpo muy compacto. Pero sin duda, lo más interesante es la compatibilidad con prácticamente la totalidad de lentes y accesorios de la serie M de película fotográfica.
Obturador electrónico.
En las M8 el antiguo obturador de cortinilla con desplazamiento horizontal ha sido sustituido por un obturador electrónico de múltiples hojas y de desplazamiento vertical, muy similar al que equipan las Leica R9 y R8. El nuevo obturador proporciona un rango mucho mayor de velocidades de obturación que los obturadores antiguos. Usando un selector convencional en la parte superior del cuerpo de la cámara, pueden seleccionarse velocidades comprendidas entre los 4 segundos y 1/8000 de segundo. Cuando el selector se coloca en la posición “Auto” (prioridad a la apertura), el rango de velocidades va desde los 32 segundos hasta 1/8000 de segundo.
Telémetro eficaz
El telémetro el tan probado y eficaz de todas las Leica M. En este caso con una longitud de su base de 69,25mm, combinado con un sistema de enfoque de imagen partida/coincidente. Esto le hace muy preciso y claro e independiente de la longitud focal del objetivo. Teniendo en cuenta que el sensor de la M8 es algo más pequeño que el formato completo, la magnificación del visor se ha reducido desde los 0,72x estándar a los 0,68x. Cuando se acopla la lente, entonces aparecen en el visor las líneas de encuadre apropiadas. El factor de corrección que hay que aplicar a la distancia focal nominal de cada objetivo es de 1,3x.
Sensibilidad del sensor a los infrarrojos
No cabe duda de que es una gran cámara y que con la salida de la Leica M9, ahora se encuentran bastantes unidades a buen precio. En su momento fue muy cuestionada por los problemas con el sensor y su excesiva sensibilidad a los IR lo que ocasionaba errores en los tonos negros haciendo que aparecieran como magenta. Esto se solucionó por Leica con la entrega de filtros IV/IR que impedían este fenómeno. En cualquier caso, es una maravilla de cámara y proporciona una calidad impresionante. A finales de 2008 apareció la Leica M8.2, que introdujo mejoras en el obturador, y el modo snapshot. Posteriormente Leica puso a la venta la M9 con formato completo
